El día 20 de enero era la fecha asignada para pasear por los lugares de leyenda del relato del bandolero Rocaguinarda. La cosa no pintaba muy bien porque todos las previsiones meteorológica eran que una tremenda y apocalíptica ciclogénesis explosiva atravesaba la península Ibérica y justo pasaría sobre nuestras cabezas. Y las preguntas de siempre hiceron acto de presencia en los componentes del grupo Cazadores de Hermes de Barcelona (CHBcn); “dicen que va a llover”, “¿si llueve se suspende?”...
-"A los CHBcn solo nos llueve cuando vamos a fotografiar arte funerario en los cementerios, es un regalo de nuestro protector Hermes para que las fotos con el cielo cubierto de nubes queden más bonitas.”- Y, es cierto!! Para tranquilizar al personal, previamente, me habia informado y tan solo en una ocasión se habia suspendido una ruta (porque estaba diluviando) y así lo hice saber; "acudid puntuales a la cita que la ruta se hace".
El Grup dèstudis de la Vall d`Horta i la Muntanya Pelada, los organizadores de la ruta, son gente muy metódica con todo lo que hacen y están preparados para cualquier eventualidad, no temen a las inclemencias del tiempo y mucho menos a un poco de lluvia.
Después de una noche lluviosa la mañana amaneció muy tranquila, pero seguro que todos miraban al cielo, deseando que la lluvia no hiciera acto de presencia. Y así fue, no hizo falta el paragüas en ningún momento. Hasta el "niño del aro" nos parecía sonreír entusiasmado por la ausencia de lluvia.
La ruta comenzó en el Mas Guinardó. Una histórica masía asociada por el origen del nombre y la leyenda de Rocaguinarda.
Pero como bien explicaron nuestros guías, el origen de la palabra Guinardó procede, muy probablemente, de guinarda (zorro en catalán antigüo).
De ahí nos trasladamos a la Font del Cuento. Una fuente popular muy apreciada por los vecinos de la zona en el siglo pasado ya que venían a recoger agua y pasar largos ratos de ocio a la sombra del frondoso bosque que la rodea. Se encuentra en El Parc del Guinardó. Ahora de la fuente no brota agua para beber, la mina está tapada y se encuentra encajada entre unas paredes de roca con una gran piedra que indica la fecha de 1739.
Seguimos con el recorrido... caminamos unos metros y nos detenemos en una casa del carrer Arc de Sant Martí. Aquí nos explicaron cosas muy interesantes de las masías que en un tiempo pasado había en esas tierras; el “castillo” de Mascaró una masía en forma de fortaleza medieval, la desaparecida Torre dels Pardals; una casa de fuertes muros con una torre alta. Se piensa que la torre en algún momento de su larga historia podría haber sido usada contra la piratería o en la defensa del asedio a la ciudad de Barcelona.
Acto seguido nos trasladamos a una misteriosa casa de la cual parece ser que hay muy poca información. En Font del Fargues se la conoce popularmente como “La Jungla”. Esta casa y su extenso jardín está ocupada desde hace muchos años. Los vecinos llevan mucho tiempo soportando molestias y piden que se recupere para el barrio. Como se puede ver en las fotos, el escarabajo rojo de la palmera, o picudo rojo, está acabando con las impresionantes palmeras y, lamentablemente, parece que ya es demasiado tarde para actuar y salvar alguna de ellas.
El Programa dàctuació del districte d`Horta- Guinardó 2012-2015 dice esto; “Impulsar acuerdos con la propiedad del solar denominado popularmente la Jungla para que lo puedan utilizar los vecinos del barrio.” La verdad es que el texto es muy escueto y nada esperanzador sobre el futuro que espera a esta inmensa propiedad abandonada a su suerte. En el interior se encuentran varias edificaciones que podrían ser de interés (nadie ha podido acceder para evaluar su estado). En el muro exterior hay que destacar unas preciosas cerámicas con figuras de dragones que habría que catalogar y conservar.
Dejamos atrás este impresionante lugar y tristemente olvidado por los responsables del distrito sin antes echar una última mirada y nos trasladamos a Santa Eulalia de Vilapicina.
El lugar es muy singular, es domingo y para estas fechas las terrazas de los bares no ocupan la plaza de sillas y mesas. Se respira un ambiente rural, de pueblo, nos hemos trasladado en un instante en el tiempo y observamos ventanales medievales en el antiguo hostal de Ca n'Artès, y un grupo de casas con un pequeño jardín y a su lado el Santuari de Santa Eulàlia de Vilapicina todo el conjunto conforma el núcleo de la antigua aldea de Santa Eulalia de Vilapicina y se encuentra dentro del Patrimoni Arquitéctonic del Ajuntament de Barcelona, identificador 2886.
Unos minutos escuchando las interesantes explicaciones de nuestros guías y seguimos la marcha por la calle Vilapicina, nos detenemos un momento en la calle Cartellá y admiramos una de las muchas fuentes de la Mina de Can Travi (video BTV) que tiene su origen a una distancia considerable de donde nos encontramos. No hace muchos años en mi familia se bebía agua de esta mina, se pagaban 125 pesetas al mes y podías consumir todo el agua necesaria, hasta que un buen (mal) día, apareció una circular diciendo que todos los vecinos teníamos que conectarnos a la red principal de Aguas de Barcelona.
La entrada a la mina se encuentra en la calle Jerez, muy cerca de las obras de la Avinguda l`Estatut.
Recuerdo que al iniciar las obras toparon con una bolsa de agua y estuvo brotando durante mucho tiempo hasta que se secó. En otras partes de Horta ha sucedido lo mismo y cuando sucede el agua se ha canalizado a las cloacas.
Os recomiendo leer el libro; "la Barcelona subterránea" de Mireia Valls. En la página 186 se habla de la Mina de can Travi Nou.
De ahí nos trasladamos a Can Fargues. La masía que data del siglo XII da su nombre al barrio de la Font d'en Fargues, y con mucha razón porque de ahí proviene su origen. Esta impresionante masía se salvó de perder su actual estructura gracias a la presión vecinal que evitó que se convirtiera en un restaurante, un parking y otros usos... La protesta vecinal por la conservación y el posterior triunfo queda para la historia como muestra de la capacidad de movilización y la gran sensibilidad ciudadana por la defensa del patrimonio y la identidad de nuestros barrios para salvarlos de la piqueta especuladora.
A pocos pasos se encuentra el Torrent de Can Carabassa, un eminente vestigio de otros tiempos que ha llegado hasta nuestros tiempos como muestra de las numerosas fuentes, rieras y riachuelos de agua que peregrinaban desde tiempo inmemorial a cielo abierto por el Valle de Horta cruzando varias poblaciones de camino hacia el mar.
Del Torrent de Carabassa nos trasladamos por el curso de la antigua riera (hoy asfaltada) hasta el Carrer de Aiguafreda. Uno de esos rincones de valor patrimonial incalculable donde la modernidad, el tiempo y las prisas se han detenido y nos ha dejado un pedazo de historia que podemos ver y palpar.
En Horta siempre ha habido agua en abundancia y en esta zona en particular el agua ha tenido papel trascendental para contribuir a la fama de las lavanderas que bajaban a Barcelona para recoger la ropa sucia en las casas de familias acomodada, “Qui té roba per rentar?”. Cargaban los sacos a la espalda y caminaban unos siete kilómetros de regreso a Horta. Una vez limpia la ropa bajaban a devolverla a los señores burgueses y repetían el proceso.
Els safareigs i les bugaderes, de Horta, han quedado reducidos a una sola calle peatonal y empedrada que todavía conserva el ambiente de otras épocas donde se respira tranquilidad a pesar de estar en la ciudad. Abandonamos este lugar de silencio y tranquilidad que és la calle Aiguafreda y durante unos metros seguimos apartados del ruido, el ajetreo y las prisas hasta que llegamos a la concurrida calle Dante y aquí, el tráfico nos devuelve bruscamente a la realidad.
En pocos minutos, recuperamos el ambiente más típico y característicos de Horta; entramos en la Plaça Eivissa. Aquí antiguamente se plantaba el mercado. Aun se puede leer en “la casa del fotógrafo” (en la actualidad ocupada) una vieja inscripción medio oculta que así lo recuerda.
Unos metros más allá, subiendo la empinada calle de Horta y dejando a nuestra izquierda el histórico Bar Quimet, en frente se encuentra la masía Can Mariner, que alberga la biblioteca. A su lado el inconfundible campanar d`Horta. Las campanas de la torre hace tiempo que dejaron de sonar y existe una plataforma que expresa el sentir de los vecinos que piden que se recupere de nuevo su emblemática función.
Llegados a este punto de la ruta algunos CHB no pudieron resistir la tentación de parar a tomar un aperitivo en las terracitas de la plaza Eivissa. Mientras el resto del grupo seguía a nuestros guias calle Horta abajo hasta hasta llegar a la plaça Santes Creus, destino final de la ruta.
La plaça Santes Creus, antigua plaza de la villa de Horta y en la que podemos ver una replica de la Font de Canaletes, regalo de la ciudad cuando Horta fue anexionada a Barcelona, hecho que propició un incremento de población en esta zona. Podemos leer una exhaustiva descripción en el blog «Memòria del barris».
LLegamos al final de este fantástico viaje por los lugares de la leyenda de Rocaguinarda en la plaça de Santes Creus d'Horta, satisfechos de haber pasada una mañana en buena compañia y contentos, esperando reencontranos en la próxima ruta. ¡Hasta pronto!
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Un paseo por lugares de leyenda. El secret del bandoler Rocaguinarda 1
Breve Historia de Horta - Barcelona -
Ruinas romanas de Horta (Barcelona).